03 mayo 2005

Ferlosio en Alcalá

La gente había entrado ya en el aula magna de la Universidad de Alcalá, a la espera de que llegaran los Reyes. El galardonado con el Premio Cervantes 2005, Rafael Sánchez Ferlosio, se apoyó en una de las columnas del Patio Trilingüe y se deslizó lentamente hasta acabar en cuclillas, exhausto por la tensión y por la hora que llevaba a la puerta del aula magna. Fue el único momento de debilidad que se permitió, pero supo hacerlo sólo a la vista de su familia y de algunos funcionarios del Ministerio de Cultura.

Ferlosio vestía de frac, y el cuello de la camisa era tan holgado que podía introducir cómodamente en él el mentón. Casi al principio de su discurso, citó a Walter Benjamin, y eso fue lo único que se le entendió: "Quien tiene carácter no tiene destino", dijo más o menos. Después divagó durante 40 minutos mientras los asistentes miraban la cara de sopor del Rey y la de atención perdida de Zapatero. Hubo también sonrisas cómplices entre amigos y estupor entre los periodistas encargados de seguir el acto. Al final, alguien se atrevió a comentar: "Este tipo sigue empeñado en que no le entendamos nada para demostrar lo inteligente que es". En fin, quiero decir que alguien tuvo que pensarlo, pero que nadie se arriesgó a decirlo en voz alta. Quienes después leyeron el discurso llegaron a parecida conclusión: "No está mal, pero se habría podido contar en 15 minutos y de forma mucho más clara", parece que dijo alguien en su casa.

Hubo otros muchos comentarios que tampoco se hicieron en voz alta. La policía detuvo durante unos minutos a un periodista por despreciar los controles de seguridad de la Zarzuela: "La ley sirve incluso para los periodistas de El País", debió de decir alguien, aunque no se le oyó a nadie.